20 de octubre de 2014

El estrés



Se podría definir el estrés como toda presión externa que produce en el organismo una tensión interna. Los factores estresantes serían todas aquellas fuerzas o estímulos que tienden a alterar el equilibrio biológico y psicológico. Los especialistas han descrito dos tipos de estrés: el negativo y el positivo. El estrés negativo acarrea una multitud de desajustes físicos y psicológicos y se caracteriza por un perpetuo estado de tensión, ansiedad, insomnio, y una sensación de cansancio difícil de combatir. Quienes lo padecen tienen una marcada tendencia a la hipertensión arterial y a las enfermedades coronarias.


El estrés es fundamentalmente una reacción de nuestro organismo, y es la enfermedad de moda que afecta a las personas con apretadas agendas de trabajo, frecuentes comidas, viajes de negocios y un estilo de vida motivado por la feroz competencia y el deseo de poseer bienes económicos.

Una acentuada tendencia al sedentarismo y las excesivas preocupaciones por ascender en la escala laboral, favorecen la reacción del organismo, el cual en situaciones de tensión excesiva o de amenaza, segrega unas sustancias conocidas como catecolaminas. Las principales son la adrenalina, la noradrenalina  y la serotonina. Ante las primeras señales electroquímicas que generan el estrés, estas sustancias son liberadas y aumenta su nivel en la sangre. Esto desencadena múltiples efectos en ciertos tejidos y órganos, tales como el hígado, los músculos, el tejido adiposo y el sistema cardiovascular.




El estrés negativo tiene efectos sobre los niveles de colesterol en la sangre y ha sido determinada su injerencia en las lesiones arterioscleróticas (enfermedad cerebrovascular). Asimismo, el estrés negativo tiene incidencia sobre el sistema inmunitario. Todo parece indicar que, a través de ciertos mediadores bioquímicos, el sistema inmunitario participa muy estrechamente en la respuesta del organismo frente al estrés. Hoy no hay duda de la influencia que ejercen sobre la inmunidad las emociones negativas, los disgustos y las situaciones crónicas de tensión. Todos estos factores disminuyen las defensas y predisponen a las infecciones y tumores.

Según especialistas, el aumento crónico de las hormonas del estrés produce modificaciones en la secreción de las sustancias destinadas a estimular las reacciones sexuales. En consecuencia, no es raro que el estrés crónico tenga una función inhibidora de la reproducción, provocando impotencia y esterilidad. El estrés negativo ocasiona otros padecimientos, como desajuste psicológicos, pérdida de la facultad de atención y disminución de la memoria.



El estrés positivo por el contrario, puede contribuir a la duración de la vida de las personas y el disfrute de una condición general de salud. Esto se explica por el tipo de actividades que producen las situaciones de tensión. Aquellos dedicados a labores que están en sintonía con sus intereses más trascendentales, y en las cuales pueden demostrar su creatividad, dejando de lado la competitividad, y el éxito como metas más importantes, son capaces de transformar las consecuencia negativas del estrés en un factor de incremento de las expectativas de vida.

como mantener el estrés a raya:



  • Intenta estar presente y hacer una sola cosa a la vez: Tener un solo foco de atención evitar sobrecargar nuestro cerebro. Nos hace estar más concentrados y, aunque creamos lo contrario, esta concentración facilita nuestro trabajo, en el sentido de que no sólo terminamos antes, sino que nos equivocamos menos.
  • Mantén el sentido del humor: Tomarse las cosas con tranquilidad y alegría. El humor y la risa equilibran nuestras emociones negativas y fomentan las emociones positivas. Cuando tenemos sensación de paz y armonía, vemos las soluciones en vez de los posibles problemas, nos ocupamos en vez de preocuparnos.
  • Aprende a relajarte a lo largo del día: Buscar pequeños espacios donde se pueda respirar relajadamente, donde puedas desbloquearte con la técnica de desbloqueo, donde puedas movilizar la energía con algún movimiento, donde uses las técnicas de relajación, meditación y visualización.
  • Duerme bien: Cuando se duerme la cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado y se puede manejar cualquier situación negativa que cause estrés. Si puedes dar una cabezada a mediodía o a media tarde, o simplemente cerrar los ojos 10 minutos, ayuda a recuperar energía.




Publicado por : Romely Natalia Capellán Hernández




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